Si bien en otros artículos hemos hablado sobre el factoring, es importante conocer bien los distintos tipos de factoring disponibles en el mercado. Esto permitirá entender a mayor grado el nivel de cobertura que entrega cada una de las clases de factoring que nos podemos encontrar.

Primero, está el factoring común y corriente y el que la gran mayoría conoce. Este se divide a su vez en dos tipos de factoring, y que analizaremos a continuación: factoring con recurso y sin recurso.

Factoring con recurso

El factoring con recurso consiste en aquel contrato de factoring en el que el cedente hace entrega de las facturas a la entidad de factoring, la que por su parte hace entrega inmediata de liquidez al cedente, descontando del monto entregado un porcentaje por motivo de intereses y gastos de operación. Si el deudor de la factura no efectúa el pago pactado en el documento, la entidad de factoring tendrá el derecho de reclamar directamente al cedente el dinero de la factura. De no realizarse el pago por parte del cedente de las facturas, se podría generar un juicio entre ambos.

Factoring sin recurso

El factoring sin recurso es similar a lo descrito en el punto anterior, sin embargo involucra la contratación del servicio de factoring sin que el cedente de las facturas sea responsable en caso de que el deudor no proceda al pago del documento. La responsabilidad recae directamente en la entidad de factoring a la cual se cedieron las facturas, quien no podrá proceder a exigir el dinero al cedente de las facturas, ni tampoco llevarlo a juicio.

Junto a las modalidades de factoring ya descritas, existen otras que también se encuentran disponibles en el mercado de facturas. Es el caso del factoring de exportación y de importación.

Factoring de exportación

Esta clase de factoring se refiere a aquella operación en la que una empresa efectúa la venta de productos hacia el extranjero (exportación), para lo cual, si contrata el servicio de factoring de exportación, podrá optar al pago inmediato de las operaciones comerciales realizadas hacia el extranjero, sin necesidad de esperar a que el destinatario de las exportaciones proceda al pago de las mismas.

Factoring de importación

El factoring de importación permite que una empresa residente en el extranjero y que no se encuentra en la misma región en la que realiza actividades comerciales, pueda transferir todos los créditos hacia una entidad de factoring que si tenga su residencia en la misma región en la que se cuenta con actividad comercial, para que a su vez la empresa de factoring se haga cargo de toda la gestión de pagos y cobranzas.

Factoring de múltiples contratos

Este tipo de factoring permite que la empresa contratante del servicio pueda optar a la prestación de un servicio o producto que no es capaz de desarrollar por sí misma, recurriendo a otra empresa que sí pueda cubrir esta necesidad. Para llevar a cabo el financiamiento de la operación, la empresa contratante recurre a una entidad de factoring que otorgue este tipo de servicio.

Factoring compartido

El factoring compartido se lleva a cabo cuando dos o más entidades de factoring proceden a compartir las facturas de uno o más cedentes. De esta forma, todas estas empresas de factoring se hacen cargo de la gestión de estos documentos.

Reverse Factoring

El reverse factoring consiste en la contratación de un servicio mediante el cual se hace responsable a la empresa de factoring para que proceda al pago adelantado a los proveedores de la empresa contratante. Posteriormente, el factoring le cobra el monto total de las facturas a la empresa contratante.

Si bien hemos mencionado varios tipos de factoring, estos son algunos de los más utilizados por las pequeñas y medianas empresas. Básicamente, todas las modalidades de factoring funcionan de forma similar, entregando liquidez anticipada al plazo definido en la factura.

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