25-04-2016
Productividad por partida doble
Columna de opinión Christopher Bosler, Gerente General Bolsa de Productos.

Dentro de las 22 medidas anunciadas por el Gobierno, quiero profundizar sobre una en particular que a primera vista parece algo abstracta: establecer un plazo máximo para el acuse de recibo de las facturas. ¿Cuál es el problema que desea solucionar? Desde hace más de diez años la factura se ha transformado en un instrumento financiero para adelantar capital de trabajo. Sin embargo, han persistido problemas operacionales y discrecionales que no han permitido explotar al máximo los beneficios que conlleva para los proveedores contar con una factura con cobro ejecutivo y fortaleza jurídica.

En gran parte, lo anterior se debe a que una de las condiciones fundamentales para la irrevocabilidad de las facturas es que los pagadores otorguen el acuse de recibo de las mercaderías y servicios. La actual ley de facturas no establece un plazo máximo para ello, sin perjuicio que es obligatorio. No obstante, en el actual mundo de las facturas electrónicas que conviven con un pie en el mundo físico, para el SII ha sido difícil la fiscalización de este acuse de recibo. Por otro lado, los compradores no han adoptado seriamente esta obligación. ¿Cuál es el beneficio que busca la medida? El establecimiento de un plazo máximo y corto para el acuse de recibo va dirigido a transformar la gran masa de facturas emitidas en un instrumento con mérito ejecutivo, lo cual tiene un impacto directo en las tasas de descuento de los proveedores que acceden a capital por esta vía.

Se producirá un abaratamiento importante en los costos financieros, sobre todo para pymes, dado el mejoramiento en la calidad jurídica del activo que están financiando. Por otro lado, llevará a los compradores a acelerar sus procesos de aprobación de facturas, lo cual se verá facilitado por la obligatoriedad del uso de facturas electrónicas.

Productividad por partida doble. Para muestra un botón, el Gobierno peruano promulgó una nueva ley de facturas, tomando como referencia en gran parte la experiencia chilena, pero corrigiendo lo que hasta el minuto no ha funcionado correctamente.

Fuente: Pulso

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