06-07-2016
TRIBUNA LIBRE
La información moviliza

Fuente: Diario Financiero

Por: Cristopher Bosler

Las mejores decisiones son aquellas que a priori toman en consideración la mayor cantidad de información posible en un cierto momento, ya que los resultados ex post son impredecibles. Las probabilidades de éxito de las decisiones son mayores que aquellas emprendidas ciegamente.

Hay muchos ejemplos para ello: ¿Confío en mi instinto para saber cuál es la mejor ruta a una reunión o uso una aplicación como Waze? ¿Compro un auto usado al primer precio que aparece o investigo en el mercado antes? ¿Invierto en dólares de manera espontánea o después de haber analizado las tendencias y opiniones del mercado? ¿Qué valor debo asignar a un activo que no tiene precio de referencia o mercado secundario?

En el mundo financiero, la información es clave, es la diferencia entre un éxito consistente en el tiempo, pura suerte o rotundos fracasos. El capital se mueve con la información, y al revés, se tiende a detener ante la desinformación y la incertidumbre. Las situaciones de riesgo son inherentes al mercado financiero, por lo cual, es esencial conocer el valor de los activos y los factores que lo determinan para tomar buenas decisiones.

En momentos actuales, donde todo el mundo, desde el sector público al privado busca maneras de incentivar el crecimiento y la inversión, debemos impulsar mecanismos que difundan información para la toma de decisiones. Sobre este punto, las bolsas tenemos un rol fundamental. La formación de precios es la llave del motor para la movilidad del capital. Por su parte, la Autoridad tiene el rol de asegurar la certeza jurídica como carretera para ese capital.

En el caso de la Bolsa de Productos, hemos formado precios para activos poco líquidos como las facturas, ganado, salmones, entre otros, trayendo consigo una gran demanda e interés de inversionistas y vendedores. El actual proyecto de ley de Impulso a la Productividad que se discute en el Congreso apunta en este sentido, haciendo más fácil que ciertos activos, como las facturas, se puedan transar con poco riesgo, mejorando su precio en favor de quien la posea. Aquí las grandes beneficiadas serán las Pymes. Los próximos pasos para las bolsas de productos serán la incorporación de otros activos relevantes para las empresas y que actualmente tienen poco financiamiento por falta de información y precios. Esto atraerá a nuevos inversionistas y mayor competencia en el financiamiento, desbaratando aquellas rentabilidades que se sustentan en la asimetría de información.

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